El caso de Silvio Arregui, de 47, también comienza en sus tiernos años. A los 13 trabajaba en una verdulería. Un día el dueño lo mandó a pedir cambio y le dieron diez billetes nuevitos y correlativos de diez pesos, Silvio se enamoró tanto que no pudo desprenderse más de ellos. En ese momento, para no devolvérselos a su jefe se los guardó debajo de la suela y se golpeó la cabeza contra la pared, para simular un robo. Hoy, esos billetes están en un cuadro, componiendo una de sus colecciones favoritas, de las 23 que tiene. Sus tesoros –que en total suman más de 10.000 piezas- se dividen en figuritas, autitos, botellas, chapitas, álbumes, superhéroes de plomo, muñecos, objetos del subte y de Boca. En estos 35 años de coleccionista, ha tenido en sus manos cartas de soldados alemanes nazis exiliados, porque parte de esta gran “pasión” –como la concibe- es la conexión con la historia.
http://www.eldia.com/informacion-general/pasion-por-recordar-restauradores-del-pasado-81238
UN SALUDO