Lo máximo que podían deducir las autoridades es que varias veces al año un hombre y una mujer (Anne- Catherine Kleinklauss, su novia de por entonces) robaban arte juntos. Unos Bonnie y Clyde inconcebibles, la magnitud de sus robos iba mucho más allá de cualquier otro. ¿La clave? Cambiar de país y de ubicación constantemente: museos grandes o pequeños, iglesias, casas de subastas y ferias de arte. El crimen funciona mejor cuando nadie se da cuenta de que están robando. En alguna ocasión, el ladrón confiesa que estaba escuchando una visita guiada, paró para robar un cuadro, y continuó escuchando al guía.
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-03-03/arte-social-secretos-mayor-ladron_1856430/
UN SALUDO